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· ROCKING THE WORLD ·

viernes, 20 de agosto de 2010

Extravagante soledad

El sensato abandona su ilusión de verdad,
recorre los oscuros lugares inhabitados de su mente,
en busca de respuestas sin preguntas.
El camino es turbio, no hay indicios de buen puerto.
Camina sigilosamente,
manso como paloma pero astuto como serpiente.

lunes, 9 de agosto de 2010

¿Quién dice que sólo no está mal acompañado?

Mi peculiar cenicero revalsaba de colillas de cigarrillos industriales. A su derecha ( bien recuerdo) estaba el único plato blanco que quedó del juego de té de la abuela Nora, sin romper. Tenía restos de acrílico. Azul, anaranjado negro y amarillo. El amarillo tenía restos de azul que juntos formaban un verde similar al tono de un saco que perdí en mi última visita a tu casa.
Sobre la misma mesa quedaban vasos, y dentro de ellos, líquidos secos (vaya a saber uno cuánto tiempo de reposo llevaban).
Me levanté de la cama para poner un disco (¡cuántos había para elegir!). No alcancé a dar tres pasos cuando algo en mí, llevó mi mirada a la cama nuevamente...
... estabas ahí.
Estabas allí y era real. Todo era real, mi lienzo recién terminado, el olor a humo encerrado, los vasos, el plato, la botella de cerveza caliente, sin terminar y sin etiqueta.
Me acerqué a besar esa mejilla rasposa, pero... no tenías el aroma de siempre, no tenías tu perfume. Entonces comencé a caminar en círculos... círculos, círculos. Eras vos, pero no tenías aroma a vos.
Rápidamente decidí buscar el disco que en un principio me impulsó a levantarme de la cama (el disco anterior a la cuestión). Llegué al parlante donde apoyo los discos escuchados recientemente pero no estaban. Mis discos desaparecieron. De repente el sol entrante por mi ventana empezó a rostizarme. En la mesa no quedaban vasos, no quedaba nada.
Te fuiste tan rápido que ni siquiera pude besarte. Te fuiste rápido, y notablemente te convertiste en un ladrón profesional, porque mi lienzo fresco tampoco estaba. ¡Ya no queda nada!
Sólo se avizoraba la sombra que los stickers pegados en la ventana proyectaban en el piso.
No comprendo, no comprendo.
Decidí buscar un cuchillo y hacer un pequeño corte en mi brazo... si sangro, estamos en problemas. En el mismo momento que intenté abrir la puerta, tu perfume invadió la habitación. Era tan fuerte que no me permitía pensar. Quise girar el picaporte pero, no... estaba cerrada con llave (pero si ésta puerta no tiene llave!).
Estaba viviendo una pesadilla, pero no lograba despertar.
Decidí sentarme contra un zócalo y analizar la situación. Pensando y pensando (ya me salía humo de la cabeza) noté nuevamente la sombra de los stickers... ellos no se fueron, pensé.
Comencé a tomar calma y a jugar... buscándole formas diferentes a las que notaba a simple vista. Miraba los stickers, miraba el suelo... miraba los stickers... y nuevamente el suelo.
(Toda la situación fue más extraña de lo que jamás creí que viviría). Mirando el piso noté una palabra en inglés... "back". Miré un poco más a la izquierda... "come".
"Come back", regresa, regresa... (tengo betas de esclerósis pero sí que estaba segura de no haber escrito eso).
Demoré como una hora en darme cuenta de que mi esclerósis estaba avanzada... y que sí... eso lo había escrito yo.
Cerré los ojos y al abrirlos regresaron los acrílicos, los vasos y con ellos mis cigarrillos. Encendí uno y (ya no sorprendida por la situación) comencé a recordar, a cambiar esos recuerdos. Imaginé, imaginé y reí hasta llorar.
Mi mente me jugó bien (por no decir que le salió excelente). Abrí los ojos (luego de tanta risa) y todo estaba en su lugar, en el lugar que yo les designé (incluso vos).
Pude entender que eras un holograma estupendo... pero que sólo estabas ahí para inspirarme. Que mis besos debía dárselos a tus pensamientos y quizás con algo de poder mental podría llegar a hacerles el amor.
Siempre fue un juego, no era complejo... en verdad, no había nada más simple. Pero... tardé en reaccionar que tampoco podía ser más hermoso.