Despertó en mí una extraña sensación, aterradora.
Podría besarlo hasta el cansancio, hasta caer rendida sobre algún pedazo de su superficie.
Podría decir que lo deseo más que a un helado en pleno enero occidental.
También podría cuestionarme una vez más... ¿por qué? aunque no encuetre respuesta (ésta intriga tiene un deje de exitación).
Le hice el amor en mis sueños... y mil veces, en silencio interrumpí su discurso, sin más en mis pensamientos que la nostalgia de su aliento al ver su boca.
No he de sentir mariposas en mi estómago... por el contrario siento un nudo de ansiedad, y una fuerza incontrolable que domina mis músculos faciales, tironeándolos... formando una sonrisa.
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Te desnudaste ante mí, sin quitarte la ropa.
No pude resistirme, lo confieso.
Ví tu alma y la besé... pude la merla sin que te dieras cuenta.
Mi alma fue tuya al costo de una canción ( y un beso en la frente).