Rara vez, Febrero me espera con cucharas.
Rara vez me acuesto y te extraño.
Rara vez no te pienso.
Ya rara vez me das lo que necesito. Ni en sueños me reconfortas.
¿Cuándo fue que tu aparición dejó de ser sueño para ser pesadilla? No lo sé. No lo entiendo, no lo explico, nunca lo quise así. No lo quiero así.
Me fui, pero no me alejé lo suficiente. Tu rostro sigue aquí… en cada fotografía.
Tus emociones parecen volver en cada nota. Ese sonido fuerte y pesado. Tan pesado que me aplasta…
Demasiado el swing que no muere, a diferencia de alguna que otra ilusión.
Cosas que no se compran ni se regalan… todas ellas conmigo quedaron. Todas, todas… inclusive las que compartí.