Una puerta se cierra mientras simultáneamente se abren otras.
Cerrar con llave y tirarla al abismo, para nunca más volver a entrar, y cada vez que pase por delante de esa puerta, la piel se me pondrá de pollo y una sonrisa se dibujará en mi boca, recordando cada momento allí dentro, cada momento que me hizo ser como soy, saber lo que sé... y esa adrenalina de no saber lo que está por venir, pero contar con la predisposición para que todo sea aún mejor, siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario