Lo ha dicho todo con su silencio.
Doloroso y cruel me muestra que no ha puesto su mirada en mi cuerpo.
Lo indignante es que no tuvo intenciones de conocerme. Mi piel no le atrae, una real pena.
Es más bien un capricho que tengo el querer conocerlo más. Pero usted se niega.
Me friega lo que piense sobre mi vida. Si curto o dejo de curtir, con viejos, con niños, con mujeres. Si me hago monja que no le afecte.
De mi culo hago un bonito florero, y no ando molestando.
Y de nada sirve que se calle lo que piensa, tenemos bocas... y ya que no se besan podríamos conversar. Tiene unas eficaces cuerdas vocales y yo tengo un par de oídos que aún cumplen función.
Vamos, vamos... dígame en la cara sus conclusiones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario