Cuánto tiempo esperaste para decírmelo?
Recuerdo cuando querías lavarme mi perfume... y hoy, lo extrañás.
No me hagas esto. Sabés muy bien que mi perfume no está en tu almohada, porque antes lo criticabas.
Decime de qué me vale que me extrañes si cuando me tuviste, no me valoraste.
Ya no me hacés tuya. Estas piernas y mis tetas, te son inalcanzables.
-
Siempre hay un pero cuando quiero hondar en algo. Un obstáculo. Ya sean los tuyos, los míos o simplemente que no puedo conquistarte, y no podés desprenderte de las otras, de tus vicios. Cada vez que admiraste mi cuerpo, me callé. Pero... el envase se deteriora, corazón. Pero el vino se añeja y se pone más agradable. Quiero cerrar los ojos y entregarme por completo a los brazos del amor. Si yo no quiero más que ser feliz, y contar con tu cálida mano. Pero mi corazón elige mal. Se enreda donde no debe, con alguien que no está dispuesto a que yo ocupe la parte que quiero en su vida. Un pena muy grande toma mi corazón de vez en cuando, por la noche. No puedo poner mi razón en esto, el corazón es quien me lleva hacia él. Algún día voy a tener que ponerle freno y para ese entonces... va a ser más profunda la herida de renuncia. Vivo de esperanzas vanas. Soy cursi, lo admito. Pero alguien me tiene que querer, asi de melosa, ilusa y creyente en el amor. Otra vez me tengo que desentender, y dejar que todo fluya. Quizá el amor no es lo mío... pero soy humana. No te confundas. Sólo quiero que formemos parte de la vida del otro. O quizás es muy loco lo que espero de esta vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario