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· ROCKING THE WORLD ·

lunes, 26 de julio de 2010

Medianoche eternamente.

La ciudad nunca amaneció.
Miles de fotógrafos disparan flashes creyendo que así podrán devolver algo de luz a esta sombra que parece eterna. Terror. Pánico en las calles de mi ciudad.
Escucho a Antonio culpar a terroristas, Ana intenta tranquilizarlo diciéndole que es un eclipse solar...
Es increíble hasta qué punto llega la ignorancia e ingenuidad de algunas personas.
Ya no funcionan los celulares, la gran red de la internet, ningún tipo de circuito electrónico.
La gente corre (como es su costumbre) salen a robar, a matar viejos ricos.
No es un eclipse. No son terroristas, no fue mojo jojo señores... estamos viviendo la muerte del sol.
Se oyen llantos ininterrumpidos, niños desconsolados corriendo hacia los brazos de cualquiera.
Y yo aquí en mi balcón, como un narrador omnisciente, lo observo todo. Fumo un cigarrillo como si fuese el último. Esta vez no participo en la locura colectiva (creo que nunca lo hice del todo).
Tu auto no te servirá, ya no hay escapes ni salvación. Tu cuenta en el banco caducó y a mí me encanta tu desesperación.
Ya no te salva tu dios dinero... ya no te puede salvar ni el sol.
Lentamente el poco calor que queda se desvanece. Abrazate a tu amada porque quizás de su hermoso perfume sólo quede olor a pelo quemado.
Comienzan los disparos. La gente no se siente apta para continuar la vida sin el sol.
Personalmete yo tampoco, pero guardo la esperanza de ser la última en caer.

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