Ya he decidido.
Pero por favor no cierres los ojos, porque me hace alucinar.
Oh no, maldigo la hora que nos conocimos. Maldigo la hora en que conocí tu mirada, y tu expresión de irrealidad.
Maldita la hora que quiero tocarte, maldita la hora en que te sueño.
Me gustaría correrte de mi vida, y que nunca hayas entrado a ella.
Maldigo el momento que quiero maldecirte, y no puedo.
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