Me atreví.
Me superé y me atreví. Comparé...
los resultados son los menos esperados, por lo menos por mí.
Ay! pero cada vez que te imagino, te veo con una botella, grande y transparente, filosa y amenazante.
Sé que me la vas a dar... y lo peor es que lo espero, hasta el último momento voy a esperar que atravieses tu botella en algún lugar de mi cuerpo.
De a poco me astillo las venas con cristales rotos de esa botella.
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